¿Qué tipo de sulfatadora necesito?
Elegir una sulfatadora que se adapte a tus necesidades no es tan difícil si tienes claro los siguientes factores:
Tamaño de tu explotación o jardín.
Evidentemente no vas a necesitar la misma cantidad de litros para pulverizar en un pequeño jardín casero o para atomizar varias hectáreas de olivos.
Medios para crear la presión de pulverización.
Si sólo necesitas pulverizar unos cuantos litros, por ejemplo hasta un límite de 5 litros, seguramente optarás por una mochila o botella pulverizadora en la que la presión interior se crea mediante un bombeo manual con palanca.
Sin embargo la mayoría de las opciones de sulfatadoras y pulverizadores cuentan con un motor que genera la presión necesaria para la fumigación.
Manual o movida por un vehículo o tractor.
Hay muchas aplicaciones en las que se opta por una sulfatadora de mochila, pero es evidente que sobre tus hombros recaerá el peso de todos los litros que decidas acarrear.
Para el resto de aplicaciones y para aplicaciones agrícolas en terrenos llanos optarás por una sulfatadora transportada o arrastrada por un vehículo o tractor.
Incluso hay sulfatadoras autopropulsadas para su uso en explotaciones que lo requieran.
¿Para qué sirve una sulfatadora?
Una sulfatadora también llamado de forma profesional como pulverizador o pulverizadora es una herramienta agrícola utilizada para aplicar productos químicos, como fertilizantes, pesticidas, herbicidas o fungicidas, en forma líquida sobre cultivos, árboles u otras plantas. Este dispositivo funciona mediante la creación de una presión que impulsa el líquido a través de una boquilla, dispersándolo en forma de pulverización fina sobre la superficie de las plantas.
La sulfatadora consta de un depósito donde se almacena el producto químico que se va a aplicar, un sistema de bombeo que genera la presión necesaria para pulverizar el líquido, una manguera que conduce el líquido desde el depósito hasta la boquilla, y la boquilla misma, que dispersa el líquido en forma de aerosol.
Este dispositivo es ampliamente utilizado en la agricultura para proteger los cultivos de plagas y enfermedades, así como para aplicar fertilizantes y otros productos que promueven el crecimiento y la salud de las plantas. La pulverización uniforme y precisa que proporciona la sulfatadora ayuda a maximizar la eficacia de los productos químicos aplicados, reduciendo al mismo tiempo la cantidad necesaria para cubrir una determinada área de cultivo.
En resumen, una sulfatadora es una herramienta fundamental en la agricultura moderna, que permite la aplicación eficiente y precisa de productos químicos sobre los cultivos, contribuyendo así a mejorar su salud y rendimiento.
Pincha en las imagenes para saber más.
¿Necesitas un pulverizador?
En sulfatadora.com puedes encontrar el equipo que necesitas
¿De dónde viene el término SULFATADORA?
Los pulverizadores agrícolas a menudo se denominan «sulfatadoras» debido a su uso histórico en la aplicación de sulfato de cobre y otros productos químicos similares en los campos agrícolas. En el pasado, el sulfato de cobre era ampliamente utilizado como fungicida para controlar enfermedades fúngicas en las plantas, como el mildiú polvoriento y la roya.
Debido a su capacidad para dispersar líquidos en forma de aerosol sobre las plantas, los pulverizadores agrícolas se convirtieron en la herramienta preferida para aplicar este tipo de productos químicos. Con el tiempo, el término «sulfatadora» se popularizó como un nombre genérico para referirse a estos dispositivos, incluso cuando se utilizan para aplicar una amplia gama de productos químicos agrícolas, no solo sulfato de cobre.
Aunque el uso del término «sulfatadora» puede ser un tanto descriptivo, ya que sugiere específicamente la aplicación de sulfato de cobre, ha perdurado en el lenguaje común debido a su arraigada historia en la agricultura. En la actualidad, los pulverizadores agrícolas se utilizan para aplicar una variedad de productos, incluidos fertilizantes, herbicidas, insecticidas y fungicidas, y su nombre coloquial sigue siendo «sulfatadora» en muchos casos.
Antigua sulfatadora.
Modelos como este que se muestra en la imagen todavía pueden encontrarse en mercadillos y tiendas de antigüedades. Ya no son funcionales pero son un bonito elemento decorativo.
¿Por qué hay que sulfatar?
Aplicar tratamientos fitosanitarios a las plantas es esencial para garantizar su productividad.
Una de las prácticas esenciales en el manejo de cultivos y jardines es la aplicación de tratamientos fitosanitarios por medio de la pulverización. Pero…. ¿ por qué?
Protección contra plagas y enfermedades
Las plagas y enfermedades son enemigos comunes de las plantas. El uso de productos fitosanitarios actúa como una barrera protectora, previniendo la aparición de hongos, insectos y otras amenazas que pueden dañar o destruir las plantas.
Al aplicar estos tratamientos, se crea una capa protectora sobre las hojas y tallos, impidiendo que las esporas de hongos germinen y que los insectos se alimenten de la planta.
Los nutrientes (de esto ya hablaremos) y compuestos químicos presentes en estos productos son absorbidos por las hojas, fortaleciendo su estructura y mejorando su resistencia a condiciones adversas. Esto no solo ayuda a mantener las plantas saludables, sino que también mejora su capacidad para florecer y producir frutos de alta calidad.
Aumento de la productividad
Evidentemente, una planta saludable es una planta productiva.
Al prevenir enfermedades y plagas, y al mejorar la salud general de las plantas, el uso de tratamientos contribuye directamente al aumento de la productividad, imprescindible en el ámbito agrícola.
Método preventivo eficaz
La aplicación de productos fitosanitarios es una medida preventiva y no correctiva. Es decir prevenimos la plaga antes de tener que aplicar pesticidas o fungicidas más agresivos para acabar con las plagas.
Por cierto… en la aplicación de productos químicos para acabar con las plagas también se usan los equipos que llamamos sulfatadoras, pulverizadores o atomizadores.