En agricultura y en el cuidado de jardines, el uso de fitosanitarios es básico para proteger los cultivos contra plagas y enfermedades. Sin embargo, aunque estos productos son esenciales, su mezcla incorrecta puede resultar en consecuencias graves tanto para los cultivos como para las personas que los aplican. Por ello, es crucial entender qué fitosanitarios no se deben mezclar y cómo prevenir riesgos asociados.
¿Por qué se mezclan los fitosanitarios?
Los fitosanitarios se comercializan conteniendo distintos principios activos y distintas concentraciones. Muchos fitosanitarios son productos químicos peligrosos cuyo manejo está reglamentado. Si quieres saber más sobre los riesgos asociados al manejo de fitosanitarios, acude a este artículo o visita nuestra sección sobre seguridad.
Por otro lado, son muchos los profesionales y aficionados que quieren aprovechar una misma aplicación con todo el trabajo y desembolso que ello lleva, para aplicar dos o más fitosanitarios con el objeto de ahorrar tiempo y dinero.
El concepto de mezcla y ahorro no es en si nada negativo. Muchos fabricantes de fitosanitarios aprovechan ese tirón para comercializar mezclas de fitosanitarios que prometen actuar sobre los cultivos de manera más eficaz.
Sin embargo, cuando se mezclan incorrectamente, estos productos pueden generar reacciones químicas que no sólo disminuyen la efectividad de los productos, sino que también pueden generar compuestos peligrosos.
Mezclar fitosanitarios sin conocer sus compatibilidades puede llevar a la formación de sustancias tóxicas o a la pérdida de eficacia en el control de plagas. Por ejemplo, ciertos fungicidas no deben mezclarse con herbicidas, ya que la reacción entre ambos puede resultar en una solución que no sea efectiva o, peor aún, que dañe las plantas.
Principales Incompatibilidades: Productos Fitosanitarios que No se Deben Mezclar
Es esencial conocer las combinaciones de fitosanitarios que deben evitarse. Algunas mezclas comunes que resultan peligrosas incluyen:
- Herbicidas con productos a base de cobre: Estas mezclas pueden resultar en reacciones químicas que producen sustancias tóxicas para el cultivo.
- Fungicidas con ciertos insecticidas: Algunos fungicidas pueden inactivar a los insecticidas, reduciendo su efectividad.
- Productos con alto contenido de nitrógeno con aceites minerales: Este tipo de mezcla puede causar quemaduras severas en las hojas de las plantas.
Estas incompatibilidades no solo afectan la salud del cultivo, sino que también pueden poner en peligro la seguridad de quienes los aplican.
No siempre es fácil conocer las incompatibilidades existentes entre fitosanitarios. En este artículo hemos descrito tres ejemplos pero las posibilidades de mezcla son tantas como productos para el tratamiento de plantas hay en el mercado.
Entonces. ¿Se pueden mezclar o no distintos fitosanitarios?
La respuesta teórica es SI, pero nuestro principal consejo es que una vez decidida la mezcla que te propones realizar y antes de crear el caldo, analices las fichas de datos de seguridad de cada compuesto. (En el apartado 10 de cada ficha se especifica la reactividad del producto) y valores si la mezcla es posible.
Si no dominas lo que es una ficha de datos de seguridad de producto, puedes aprender más aquí.
Si sigues teniendo dudas, acude a tu proveedor y si no te fías de los conocimientos en esta materia de tu proveedor habitual, NO HAGAS LA MEZCLA.
Consecuencias de Mezclar Incorrectamente Fitosanitarios
La mezcla incorrecta de fitosanitarios puede tener dos consecuencias principales:
- Daño a los cultivos: Cuando se mezclan productos incompatibles, es posible que las reacciones químicas resultantes reduzcan la efectividad del tratamiento o incluso dañen los cultivos. Un ejemplo común es la combinación de ciertos herbicidas que, en lugar de actuar de manera sinérgica, se anulan entre sí, dejando a las plantas desprotegidas.
- Riesgos para la salud humana: La mezcla de productos químicos también puede desencadenar reacciones peligrosas para los aplicadores. Estas reacciones pueden incluir la liberación de gases tóxicos, explosiones o la generación de compuestos irritantes. La experiencia nos ha enseñado que el almacenamiento y manejo seguro de estos productos es crucial para evitar incidentes graves. Hemos visto casos donde la mezcla inadecuada de fitosanitarios ha llevado a intoxicaciones severas, destacando la importancia de seguir las recomendaciones de seguridad al pie de la letra.
Riesgos Químicos del Almacenamiento Inadecuado de Fitosanitarios
El almacenamiento de fitosanitarios requiere especial cuidado. Mantener estos productos en condiciones inadecuadas puede potenciar los riesgos de reacciones químicas peligrosas. Factores como la ventilación, la humedad y la temperatura en el área de almacenamiento juegan un papel crucial.
En caso de mezclas de productos para sulfatar con diferencias de acidez pueden generar reacciones exotérmicas. La acumulación de calor en un espacio mal ventilado puede desencadenar incendios, explosiones o a menor medidas deformación y fugas en los envases.
Además, la proximidad de productos incompatibles puede aumentar el riesgo de contaminación cruzada, generando reacciones no deseadas incluso antes de que los productos sean utilizados.
Para prevenir estos riesgos, es fundamental seguir ciertas medidas de seguridad, tales como:
- Almacenar los productos en áreas bien ventiladas y separadas según su naturaleza química.
- Mantener los envases bien cerrados y etiquetados correctamente.
- Evitar almacenar grandes cantidades de productos juntos sin medidas de contención adecuadas.
Medidas Preventivas para el Uso Seguro de Fitosanitarios
Para minimizar los riesgos asociados con el uso de fitosanitarios, es importante implementar medidas preventivas efectivas. Aquí algunas recomendaciones clave:
- Identificación clara de productos: Asegúrate de tener la Ficha de Datos de Seguridad (FDS) de cada producto, lo cual es fundamental para conocer las compatibilidades e incompatibilidades.
- Uso de equipos de protección personal (EPP): Siempre utiliza guantes, gafas y ropa adecuada cuando manejes fitosanitarios. Esto es vital para evitar contacto directo con productos químicos.
- Capacitación continua: Todos los aplicadores que manipulen estos productos deben estar adecuadamente formados sobre los riesgos y las mejores prácticas de seguridad.
Cómo los Fabricantes Controlan las Mezclas de Fitosanitarios
Es importante destacar que, a pesar de los riesgos, no todas las mezclas de fitosanitarios son peligrosas. Los fabricantes a menudo combinan distintos principios activos para crear productos que sean seguros y efectivos. Estas mezclas están cuidadosamente formuladas y probadas para asegurar que no habrá reacciones adversas, tanto en el cultivo como en la salud de los aplicadores.
Por lo tanto, confiar en productos comerciales que ya vienen premezclados es una estrategia segura y efectiva. Sin embargo, siempre es recomendable seguir las instrucciones del fabricante y no improvisar mezclas sin conocimiento técnico adecuado.
Algunos ejemplos de mezcla de fitosanitarios
Siempre con precaución y mejor optar por marcas comerciales con compuestos ya mezclados.
- Insecticidas y fungicidas: Se mezclan para controlar tanto insectos como enfermedades fúngicas en los cultivos. Por ejemplo, una mezcla de un insecticida como el clorpirifos con un fungicida como el mancozeb
- Herbicidas y fertilizantes: A veces se mezclan herbicidas con fertilizantes para controlar las malas hierbas mientras se nutren las plantas. Un ejemplo es la mezcla de glifosato con un fertilizante nitrogenado
- Insecticidas y herbicidas: Para controlar tanto insectos como malas hierbas, se pueden mezclar productos como el lambda-cihalotrina (insecticida) con el glifosato (herbicida)
- Fungicidas y reguladores de crecimiento: Se utilizan para controlar enfermedades y al mismo tiempo regular el crecimiento de las plantas. Un ejemplo es la mezcla de un fungicida como el azoxistrobina con un regulador de crecimiento como el paclobutrazol
- Mezclas de varios insecticidas: Para controlar diferentes tipos de insectos, se pueden mezclar insecticidas como el imidacloprid y el lambda-cihalotrina.
- Insecticidas y acaricidas: Para controlar tanto insectos como ácaros, se pueden mezclar productos como el abamectina (acaricida) con el imidacloprid (insecticida).
- Fungicidas y bactericidas: Para combatir enfermedades fúngicas y bacterianas simultáneamente, se puede usar una mezcla de cobre (bactericida) con azoxistrobina (fungicida).
- Herbicidas de contacto y sistémicos: Para un control más efectivo de las malas hierbas, se pueden mezclar herbicidas de contacto como el paraquat con herbicidas sistémicos como el glifosato.
- Insecticidas y nematicidas: Para controlar insectos y nematodos, se puede usar una mezcla de productos como el clorpirifos (insecticida) con el oxamilo (nematicida).
- Fungicidas y insecticidas: Para proteger los cultivos de enfermedades y plagas de insectos, se puede mezclar un fungicida como el tebuconazol con un insecticida como el lambda-cihalotrina.